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Thu, Mar

Adiós, Marta

Análisis a fondo

Análisis a Fondo

Adiós, Marta

Francisco Gómez Maza





Cuando jugábamos a los revolucionarios (yo siempre creí que no lo era, sino más bien un rebelde con un ideal supremo: la justicia), apareció en mi vida la figura de Marta Harnecker, y su recreación del marxismo a la realidad de este subcontinente, que dimos por llamar el Continente de la Esperanza, esperanza fallida porque continúa la explotación del hombre por el hombre y

Análisis a Fondo

Adiós, Marta

Francisco Gómez Maza





Cuando jugábamos a los revolucionarios (yo siempre creí que no lo era, sino más bien un rebelde con un ideal supremo: la justicia), apareció en mi vida la figura de Marta Harnecker, y su recreación del marxismo a la realidad de este subcontinente, que dimos por llamar el Continente de la Esperanza, esperanza fallida porque continúa la explotación del hombre por el hombre y muchísimos siguen muriendo de enfermedades curables, o traspasan, a la fuerza, las fronteras mexicanas, expulsados de sus lugares de origen por la violencia criminal, o por la pobreza extrema, que también es violencia.
Harnecker, con su profunda sabiduría y su capacidad de análisis de las contradicciones del capitalismo, con su prolífica producción de pensamiento, guió a muchos luchadores sociales y políticos en Chile, su tierra natal; Argentina, Brasil, Bolivia, México; en todo el continente, y fuera de sus fronteras, tan sólo con sus “Conceptos Elementales del Materialismo Histórico” traducido a muchos idiomas.
Pues dedico mi colaboración de hoy domingo 16 de junio a exaltar la memoria de esta marxista de cepa (1937), pozo profundo de sabiduría, que se impuso al machismo, inclusive de muchos revolucionarios, y puso los puntos sobre las íes del cambio de raíz, requerido en las relaciones de producción – capital – trabajo -, para construir una Latinoamérica menos injusta con los desheredados. Y recuerdo a Marta Harnecker y la comparto con usted porque el sábado 15 tomó el último tren, el que conduce a la Gran Terminal, dejándonos (a los rebeldes) un legado impresionante de teoría marxista latinoamericana, que anima el pensamiento de muchos luchadores y luchadoras por la justicia en las relaciones sociales y económicas de este Continente que lleva todo el tiempo siendo El Continente de la Esperanza, aunque se opongan los halcones de Washington y sus zopilotes de nuestros países. Fíjese que ambos son animales carroñeros.
Recuerda una crónica que tuve la fortuna de leer el sábado 15 por la noche que, Marta, psicóloga, periodista, experta en el método de análisis marxista, escritora (80 libros), formó con su obra a muchos estudiantes universitarios, sólo con su obra acerca de los “Conceptos Elementales del Materialismo Histórico” 81969) y que ya superó las 70 ediciones. Para este escribidor fue una fundamental enseñanza pues me orientó en los criterios que me guían para hacer periodismo, una técnica de información y análisis que no puede prescindir de Marx, sobre todo en esta actualidad en la que, aunque usted no lo vea ni lo crea, el capitalismo está en la peor crisis de su historia y los teóricos de la economía y de las ciencias sociales requieren reemplazar esos caóticos principios por otros que permitan una sociedad justa y equitativa, frente a una lacerante pobreza de millones que incluso mueren por hambre en este planeta, amenazado por la aniquilación propiciada por las grandes empresas particularmente de la industria, a las que no les preocupa la Tierra.
Las enseñanzas de Harnecker, sicóloga de la Universidad Católica de Chile (19629 con estudios de posgrado en París con Paul Ricoeur y Louis Althusser, trascienden las fronteras del Cono Sur para agitar las conciencias de todo el Continente.
Es muy posible que las nuevas generaciones no la conozcan, pero deben saber que la lectura de Harnecker es fundamental para comprender el devenir de la historia y del presente de nuestros países, apaleados por un capitalismo salvaje, que se ha ganado muchos sobrenombres como capitalismo de casino, capitalismo trasnochado, capitalismo de banquillo, entre otros muchos.
Marta Harnecker demostró que el socialismo no es un «proyecto» pensable sin la lucha y que no se puede construir «desde arriba», sino que debe ser el producto de las luchas del movimiento de los pueblos y clases dominadas. Y aunque algunos rechacen todo concepto de cambio que afecte los intereses de las clases dominantes, es la historia la que al final de cuentas terminará imponiéndose, como lo ha hecho, por ejemplo Das Kapital en las manos de muchos economistas de Wall Street, por mencionar uno de los centros financieros del mundo en donde se amasan fortunas construidas con el sudor y la sangre de los trabajadores, que viven en la pobreza.
Desde este espacio, un pequeño homenaje a la maestra de generaciones. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
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