Reciben apenas el 40 por ciento de sus ahorros depositados en bancos de afore XXI Banorte
· “¡Quiero que me regresen el dinero que ahorró mi difunto esposo, y no es posible que el sistema bancario se los carrancee!”, reclamó doña Leticia, persona de 80 años que viene siendo auxiliada por sus nietos
BLAS A. BUENDÍA
Reportero Free Lance
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La esperanza de tener una vejez digna se frustra en el momento de que miles de personas de la llamada Tercera Edad, se presentan a cobrar el fruto de los ahorros de toda su vida laboral, hallando una explicación nada convincente: “Su dinero ya no existe porque se lo consumó el manejo de servicios”.
Las instituciones encargadas de administrar esos recursos colocan infinidad de obstáculos para entregar esos recursos; los trabajadores, en la curva de su existencia, salen decepcionados, molestos y notoriamente tristes.
En un recorrido de investigación que desarrollo este reportero en diversas instituciones bancarias, se percató que de nada sirve que presenten documentos, los estados de cuentas giradas por los bancos, el trato es despótico y desinteresado por parte de los encargados de atender a las decenas, cientos de mexicanos que ya cumplieron con su con vida laboral.
Por ejemplo, a las puertas del Banco Afore XXI Banorte, la fila de ancianos se empieza a formar desde las siete de la mañana, con la esperanza de recuperar los ahorros de toda su vida, en estos momentos en que el país sufre de una crisis estacionaria por las malas políticas que viene desempeñando el régimen de una izquierda desorganizada que a grandes rasgos se detecta el importa madrismo de ver sufrir a millones de personas de la Tercera Edad.
En ese Vía Crucis, toda persona debe tener cita previamente solicitada; y con fecha hasta de dos meses de antelación para ser “atendidos” por los empleados indiferentes.
La mayoría de los senectos arriban a la sucursal de esa institución encargada de administrar los dineros de los ancianos para que vivan o sobrevivan el último tramo de su vida en situación adecuada. Pero el panorama que viven es desesperante y desolador, sin ningún horizonte al detectar que fueron prácticamente defraudados
Llegan a la unidad de esa institución ubicada en Calzada de la Viga, casi esquina con la calle Recreo, en silla de ruedas, con andadera, bastón y la mayoría acompañados por familiares.
En caso de que la suerte esté de su lado, los funcionarios bancarios le entregan, en una o dos semanas, el 40% o el 50% de sus ahorros, pero no hay explicación ninguna que los deje satisfechos para recuperar al100% sus ahorros.
En ese marco tan doloroso, los mismos altos funcionarios de Banorte ignoran las quejas presentadas ante Conducef o de la Consar, donde evidentemente también les dan largas para solucionar sus problemas económicos y financieros de sus ahorros que ante las luces de las circunstancias, pareciera que “alguien se clavó sus dineros”.
Para evitar las reclamaciones, la institución bancaria referida, cerró sus puertas, se cambió de lugar, sin utilizar los mecanismos de comunicación, lo que ha originado confusiones y mayores malestares de estos viejitos que andan en busca del “tesoro perdido”.
Y el colmo, los ahorradores se enteran que sus dineros -ya de por si mermados-, son retirados sin darle aviso oficial a los cuentahabientes para cuando menos se enteren de sus emolumentos ahorrados por toda la vida.
Si bien existen casos dramáticos, como es el hecho de una viuda octogenaria de nombre María, llegó a Banorte con la ilusión de recibir el fruto de los ahorros de su fallecido esposo.
Doña María salió llorando de frustración y de rabia al conocer que “ya no tenían derecho a nada”, y en consecuencia la dama que apenas podía sostenerse en una andadera, casi se desmaya al saber de los ahorros de su difundo marido “habían desaparecido”.
En este contexto, una empleada insensible, le reiteró a modo de información, que, bajo la cuenta bancaria de su finada pareja, no existía en esa institución, por lo que anduvo peregrinando por toda la ciudad para hallar dónde se encuentra el dinero que le dejó su marido.
Cabe alertar a la sociedad que a esa casa bancaria no le importan las quejas, de acuerdo con voces expertas. Aparentemente a Banco Afore XXI lo único que le interesa es mantener las comisiones más altas por el “manejo de los recursos”, por lo que fraudulentamente les van restando sus emolumentos hasta declararlos desaparecidos.
La Auditoría Superior de la Federación, poco más de la mitad de los trabajadores en situación de retiro (el 56 por ciento) apenas reciben un pago mensual promedio de seis mil pesos.
Existe la idea de aumentar la edad para la jubilación de 65 años a 70 años, y el gran problema a la que se enfrentan los jubilados es que Banorte, los confunde entre los que reciben como jubilados y lo que deben recibir por concepto de ahorro.
Todo eso es una dramática realidad donde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, un presidente que tiene 66 años de edad, no vela por los intereses de sus compatriotas longevos que toda la vida ahorraron “y de un borrón, pretende cuando menos Banorte, consumar un gran fraude a costillas de los ancianos que muchos de ellos, han sido declarados personas en situación de calle.
“¡Quiero que me regresen el dinero que ahorró mi difunto esposo, y no es posible que el sistema bancario se los carrancee!”, reclamó doña Leticia, persona de 80 años que viene siendo auxiliada por sus nietos
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