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Tue, Nov

López Obrador, un asesino insidioso

Blas A. Buen día
López Obrador, un asesino insidioso



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BLAS A. BUENDÍA * y MARY SANDOVAL



Todos en algún momento de la vida tenemos a alguien o algo que nos puede perjudicar en nuestros planes o en los objetivos que se trazan, que despiertan un sentimiento de
López Obrador, un asesino insidioso



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BLAS A. BUENDÍA * y MARY SANDOVAL



Todos en algún momento de la vida tenemos a alguien o algo que nos puede perjudicar en nuestros planes o en los objetivos que se trazan, que despiertan un sentimiento de envidia porque se logran mejores perspectivas de desarrollo entre particulares; o bien, porque es contrario a las ideas y pensamientos que arrojen acciones de lucro, haciendo despertar las pésimas y tendenciosas relaciones con núcleos de poder entre familias o sectas que buscan amalgamar poderes de facto.

La sociedad de algún modo busca la mejor forma de quitarse esas dificultades de sus caminos ya sea perjudicándolos por medio de la difamación, o se le manda a golpear, y en el peor de los casos y sin el más extremo cuidado, se ordena ejecutar el asesinato en contra de quienes “estorba”. Lamentablemente, en México, el crimen generalizado por la inseguridad debido al impactante fenómeno del desempleo y el libertinaje del narcotráfico, son un lastre para millones de personas que son rehenes de un sistema de gobierno abyecto e inservible,

Conforme a estudios psicológicos elaborados por connotados psiquiatras, López Obrador padece de cuadros anímicos irreversibles, destacando la paranoia y epilepsia mental, solo por citar algunos porque existe toda una gama de siquiatría que Andrés Manuel da hasta miedo verlo…

Es paranoico porque tiene delirios de grandeza y delirios de persecución; la psiquiatría distingue el error de juicio (predominio en la interpretación de signos) y una agresividad reivindicadora en contra de otros.

El famoso AMLO que para muchos de sus detractores lo han juzgado y jocosamente calificado como el KK’s, siempre quiere ser el único que tiene la razón en todo, el que es contrario a él lo considera su enemigo y que lo persigue para causarle daño.

La sociedad en su conjunto ha registrado masivamente que en las funciones del circo mañanero, cuando le preguntan algo que no le parece o que le incomoda, siempre evade las respuestas y su molestia es tal, que casi le dice al que le pregunta que mejor se calle y que ya no pregunte más.

Otro detalle que hace que muestre que tiene delirio de persecución es cuando habla del famoso complot (compló…, dice de forma jacobina), que según él, sus adversarios políticos lo atacan para perjudicarlo.

López Obrador padece de epilepsia mental, se denota por las famosas pausas o lagunas mentales en sus conferencias mañaneras; si se observan bien, al hablar de algo, se queda en pausa laaarrrgaaa y después sigue hablando; algunos lo consideran como “un mecanismo de defensa” ya que sentía o siente la presión de la carga de trabajo que tiene, que no puede resolver o no sabe cómo enfrentar los problemas. El tabasqueño siempre ha tenido problemas personales, que a ciencia cierta, con seguridad, “ha de discutir vanamente con su propia sombra que lo sigue y patea por todas partes…”

En conjunto, no pueda hablar con naturalidad, haciendo espacios de interdicción al intentar expresar algo; aunque también habría que comentar otro detalle, la negación, esto proviene por su poca capacidad intelectual para enfrentar los problemas y sucesos inesperados; pero la más patética, su calificada ignorancia porque no lee los temas de la Agenda Nacional, cosa que no le gusta confrontar, sino más bien, es un “hechicero de la improvisación”.

López Obrador, en consecuencia, tiene pésimas relaciones con sus hermanos, por un pleito sucedido en el pasado. Fulminó de un balazo a su hermano José Ramón López Obrador, en 1962 a la edad de nueve años; y luego, en un juego de béisbol, tuvo una corrosiva discusión con su mejor “amigo” José Ángel León Hernández, a quien lo mató de un certero pelotazo.

Varios medios de comunicación de la prensa tabasqueña, dieron a conocer los títulos de esta nota roja, a través de la cual la sociedad quedó horrorizada, hasta hoy en día.


Diario de Tabasco: “En la tienda de telas de su padre, cayó muerto de un balazo, ayer”.

Rumbo Nuevo: “2 Versiones en torno a la muerte de un menor, ayer”.

Diario Presente: “Novedades Andrés de la calle primavera”.

Ovaciones: “El Peje, ¿Homicida?”

Prensa tabasqueña: “Obrador asesino”. Se leían los encabezados de los periódicos tabasqueños, el 10 de septiembre de 1995, cuando José Ángel perdió la vida.



El asesinato de José Ramón (14 de mayo de 1962):

Con tan sólo 10 años de edad, Andrés Manuel López Obrador ya mostraba un perfil de intolerancia y explosividad. Una mente criminal lo dominaba por no estar de acuerdo en nada…

Todo comenzó cuando Andrés Manuel y su hermano José Ramón estaban al cuidado de la tienda de su padre (“Novedades Andrés”). Disfrutaban de un pedazo de chicharrón. Al casi acabarse el último pedazo, José Ramón decidió no compartirlo, a lo que Andresito le causó mucha molestia y lo regañó porque no le quiso compartir y “no respetar a su hermano mayor”.

Cuando José Ramón se retiró, Andrés Manuel fue por una pistola calibre .38 milímetros que estaba guardada en la tienda de su padre. La sacó y le exigió a su carnal que “le pidiera disculpas”. José Ramón le dijo que si quería arreglar las cosas que guardara el arma y que se pelearan a golpes “como los hombres”.

Sin mediar palabra alguna, el joven verdugo Andrés, le disparó en la cabeza a su hermano José Ramón, cayendo éste al interior del negocio, que ante la desesperación, arrastró el cuerpo herido de su consanguíneo hacia la banqueta, pero ya estaba muerto. El cuerpo quedó en medio de un charco de sangre.

De acuerdo con los peritajes realizados en ese entonces, determinaron que presentaba una herida por arma de fuego de medio centímetro a la altura del parietal derecho, con orificio de salida en el mastoides del mismo lado. Existen diferentes versiones de lo sucedido, pero testigos afirmaron que fue Andrés Manuel quien disparó el arma.

Con el paso del tiempo y en la campaña presidencial del 2006, Andrés Manuel dijo en un debate público que “fue un accidente” lo que le pasó a su hermano José Ramón, pero observadores de los hechos revelaron que lo mató a mansalva y que era falso que la misma pistola se disparara sola (…)

Sin embargo, su versión no coincidía con los peritajes realizados, ni mucho menos concordaba con la trayectoria del disparo. Notas periodísticas, junto con las averiguaciones, desaparecieron, en cierto modo, porque también se manejaban diversas fechas del día en que fue asesinado José Ramón.

Las notas periodísticas originales se pueden encontrar en la Hemeroteca Nacional de la UNAM, más no en los rotativos que publicaron la información “porque manos mágicas” saquearon los archivos de los tres diarios que consignaron los sangrientos sucesos.

Hoy en día, mucha gente sobre todo paisanos del tabasqueños, se preguntan todos los días “¿Por qué desaparecieron esos archivos y por qué Andrés Manuel no quiso -y nunca querrá-, esclarecer el asesinato de su hermano? Son cuestionamientos que hacen pensar -más bien- el asesino confeso Andrés Manuel López Obrador se niega a revelar la historia verdadera de estos hechos, aunque desafortunadamente, el ahora presidente López “si mató a su propio hermano por sentirse superior a él y a los demás”. Así lo revela la prensa tabasqueña, y cuyos testimonios se presentan en esta investigación periodística.

Fue una tragedia sin resolver, y desde entonces, Andrés Manuel López Obrador sigue navegando en el limbo de la impunidad, matando gente con patética alegría.



Asesinato de José Ángel León Hernández

La sociedad de Macuspana, Tabasco, registra en los anales históricos del estado que Andrés Manuel López Obrador, efectivamente es un sujeto violento pero cobarde por naturaleza, es decir, si alguien le causaba daño o lo hacían enojar, reaccionaba de manera muy agresiva; no buscaba quién se la hizo, sino quién se la pagara…, acciones similares a las viene ejecutando ahora que, desgraciadamente es presidente de México.

Andrés Manuel López Obrador y su amigo José Ángel León Hernández, estaban jugando un partido de béisbol. López Obrador tenía 11 años de edad y su posición de juego era el de pitcher.

Tuvieron una diferencia en una jugada, y se fueron a los golpes, ganando José Ángel “porque sabía meter las manos”, y porque “ningún bribón y charlatán se burlaría de él”. Criminalmente y sin recato alguno, López Obrador iniciaría su carrera patibularia que hasta hoy en día, y como presidente de México, se ha convertido en un genocida en potencia producto del Covid19.

Volviendo al tema de la gresca, José Ángel tuvo el infortunio de darle la espalda a su agresor, pero en un acto de venganza, Andrés tomó una pelota y se la lanzó a su amigo con tal fuerza que debido al golpe que impactó en la nuca, cayó prácticamente fulminado, quedando conmocionado, provocándole un traumatismo craneoencefálico que a la postre le causó la muerte.

La persona que presenció este horroroso crimen de Andrés Manuel López Obrador, fue Carlos Manuel Rovirosa Ramírez, a quien después cuando el famoso AMLO / MALO fue líder estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tabasco, le dio “como premio de su silencio”, una diputación local.

La familia de López Obrador, y el mismo Andrés Manuel, tuvieron que huir de Macuspana para evitar represalias, porque la gente ya estaba harta y muy molesta por los asesinatos cometidos por López Obrador, que “lo convertían como un asesino frio y muy calculador”. Tabasco se convirtió para la familia López en “pueblo chico, infierno grande”.

No es ocioso que dentro de esta truculenta historia, resaltar que Andrés Manuel López Obrador no se llama así. En realidad su nombre es Manuel Andrés, y si vemos su acrónimo sería MALO y eso demuestra su verdadera personalidad, por eso invirtió sus nombres y su acrónimo es el que todo México conoce como AMLO.

Al investigar su árbol genealógico, se descubrió que su madre se llamaba Manuela, y su padre Andrés, por lo tanto que para ofrecer tributo a Doña Manuelita, y haber tenido el primer producto de su amor, el matrimonio procuró bautizarlo con el nombre de Manuel (por lo de Manuela) Andrés (por el nombre del padre). Lógicamente con el tiempo y reconocer el diabólico acrónimo de MALO, que le traería mala fortuna, el famoso López iniciaría también una impresionante carrera delictiva.



Crímenes

Los Crímenes Ocultos de López Obrador son un referente de su personalidad sociópata, lo más delicado y muy peligroso es que ahora tiene mucho más poder y sigue cometiendo crímenes (no en el sentido literal), sino por quitar el apoyo a mujeres y niños con cáncer para seguir con sus tratamientos, la falta de seguridad que facilita los feminicidios y crímenes dolosos, la falta de decisiones que provocaron las más de 130 muertes en Tlahuelilpan (el famoso huachicoleo que supuestamente AMLO atacó y sigue permitiéndolo), la protección al crimen organizado que favorece los secuestros, violaciones y otros crímenes, el asesinato de los periodistas, las muertes por falta de equipo en la pandemia del coronavirus, solo por mencionar lo más relevante y lo concerniente a su cargo, lo visualizan como un genocida, un presidente asesino serial.

La sociedad, totalmente espeluznada, ha observado que en materia de violencia, López Obrador no le da la importancia debida, por eso niega que la violencia (en sus diferentes modalidades) haya “crecido”, pero en la praxis, el concierto de las naciones consideran a México un país sumamente peligroso, al grado que entre la sociedad acusa constantemente que “México estaba mucho mejor sin López Obrador”. López Obrador y Morena llegaron al poder para robar, saquear al país y convertirlo en una nación muerta de hambre al muy estilo socialista de Cuba o Venezuela. Morena y López, superaron al que fue alguna vez su maestro, el Partido Revolucionario Institucional.



Conclusiones:

¿Qué se puede seguir esperando de AMLO con todos estos antecedentes? Dice La Vox Populi que lo peor. La sociedad está totalmente convencida que su voto en julio del 2018, fue un desperdicio, y en el ánimo del colectivo, prevalece un ejercicio que a toda esta problemática, el electorado le dará una vuelta de 180 grados el 6 de junio del 2021, ya que no estaría dispuesta en reafirmar en el poder a los diputados del andrajoso movimiento de MORENA, y por antonomasia, rechazar todo intento de reelección del Caín de Macuspana.

Estupefacta, la sociedad registra también que el presidente López no demuestra empatía por los demás, que aun cuando presuma “primero los pobres”, “primero los adultos mayores” y “primero los jóvenes”, a quienes inmerecidamente apoya y les regala dinero de erario que pertenece al pueblo de México; no mide las consecuencias de sus absurdas y estúpidas decisiones.

El “pinche presidente”, como lo calificara el famoso Brozo, el payaso tenebroso (caracterizado por Víctor Trujillo), considera a sus contrarios como enemigos que lo quieren perjudicar; es muy frío y calculador a la hora de causar daño porque sabe en qué momento y cuándo es el tiempo indicado para hacerlo.

Teniendo la información necesaria para actuar en consecuencia y resolver una problemática, pasan dos cosas: no lee y mucho menos se documenta. No sabe cómo manejar la información. Paradójicamente, el Peje sabe perfectamente lo que puede suceder si no da soluciones, solo asume una postura del “tío Lolo”. A causa de eso, al final termina mintiendo o se vuelve corrupto como siempre lo ha hecho y si alguien no está de acuerdo con él, le causara mucho daño.

El pueblo de México, en consecuencia, lamenta que las leyes para López Obrador “le son inútiles”, y de forma arrogante y bribona, juega con terminologías inexactas como cuando presume ser muy valiente y valiéndole madres… sentencia: “A mí, lo que el viento a Juárez…”, o sea, ni la constitución, ni las leyes y mucho menos sus códigos de “ética”, le pudieran hacer algo. Con tal de tener más poder y que sus caprichos se cumplan, promueve decretos ante el Congreso para que se cambien las normas a su favor, que, con engaños irracionales en vez de buscar un beneficio para todos, sólo se beneficia él y los corruptos de su familia, así como el clan que conforma su gabinete.

En pocas palabras, Andrés Manuel López Obrador y/o Manuel Andrés López Obrador, también malicia que México “ya dejó de ser neoliberal” y que, con su llegada (…), todo cambiaría para el bien de todos (…), pero eso es una forma de ocultar su personalidad, esa personalidad de López Obrador, la de un asesino insidioso que aterroriza y da miedo saber que en Palacio Nacional vive un criminal.

En redes sociales se presenta un meme muy certero, esperando que el pueblo de México entre en todo momento, a una faceta de fiesta nacional: “Si por la tranquilidad de Culiacán soltaste a un narco, por la tranquilidad de México suelta la Silla Presidencial”.



Reportero Free Lance *

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