19
Tue, Mar

Sismos ¿Ahora qué hacemos?

Megalopolis
ADÁN JUÁREZ

A VER, A VER… HOY como hace 32 años, 19 de septiembre, como si esta fecha estuviera marcada fatalmente los habitantes de la ciudad de México fueron sacudidos otra vez con fuerza inaudita por un sismo de 7.1 grados, un grado menos al de 1985, pero igual de destructivo.
Y SÍ, como si hubiera sido invocado por el simulacro realizado a las 11 A.M., dos horas después, exactamente a las 13.14, llegó el verdadero, el mortífero.
-¡Dios mío, Dios mío!, exclamaba la gente, mientras se arrodillaba en el piso y levantaba los brazos y la mirada al cielo.
-¡Dios no nos castigues!, gritaban otros.
ADÁN JUÁREZ

A VER, A VER… HOY como hace 32 años, 19 de septiembre, como si esta fecha estuviera marcada fatalmente los habitantes de la ciudad de México fueron sacudidos otra vez con fuerza inaudita por un sismo de 7.1 grados, un grado menos al de 1985, pero igual de destructivo.
Y SÍ, como si hubiera sido invocado por el simulacro realizado a las 11 A.M., dos horas después, exactamente a las 13.14, llegó el verdadero, el mortífero.
-¡Dios mío, Dios mío!, exclamaba la gente, mientras se arrodillaba en el piso y levantaba los brazos y la mirada al cielo.
-¡Dios no nos castigues!, gritaban otros.
Y casi instantáneamente algunas edificaciones se colapsaban, con sus habitantes que no les dio tiempo salir.
Apenas fueron unos cuantos segundos del movimiento telúrico de 7.1 grados en la escala de Richter, pero suficientes para destrozar decenas de casas y edificios en la ciudad de México.
Una parte del plantel escolar Enrique Rebsamen, que se encuentra sobre División del Norte y Calzada de las Brujas, al norte de la ciudad capital, se desplomó estrepitosamente atrapando a decenas de niños y personal docente.
Horas después, varios de ellos fueron rescatados muertos; otros, los menos todavía con vida pero seriamente lesionados.
En tanto, en zonas de la colonia Roma, Del Valle, bajo los escombros había personas que enviaban mensajes por celular pidiendo ayuda. Otros, a grito abierto y llantos solicitaban el auxilio.
Al igual que en 1985, la gente por miles salió a prestar su ayuda. Con manos, picos y palas se avocaron a retirar el cascajo con lentitud, ante los quejidos y gritos de quienes todavía estaban con vida.
El Presidente Enrique Peña Nieto, con movimientos rápidos se trasladó a los lugares del desastre e instruyó a efectivos de la Marina y Defensa Nacional, realizar las labores de rescate con el equipo adecuado. Y transcurrieron las horas…
Hasta el momento del cierre de este artículo, las labores continuaban con la esperanza de encontrar a gente con vida bajo los escombros.
Empero durante la tarde de este martes, todavía estaban cayendo edificios y casas, cuyas estructuras resultaron dañadas. Centenares de inmuebles están severamente dañados, con cuarteaduras con riesgo de desplomarse, dicen autoridades de Protección Civil de la CDMX, cuyas pérdidas materiales son cuantiosas.
Miles de personas se han organizado para llevar todo tipo de ayuda, entre comida, botellas de agua, medicina, ropa, papel de baño, pastal dental, jabón, etc….el momento es crítico.
¿QUÉ HACER?
Si bien, los capitalinos de buena voluntad hacen su mejor esfuerzo, pero no podrán mantener ese ritmo de ayuda por mucho tiempo.
Será necesario implementar un programa de gobierno que comprenda la reconstrucción de casas y edificios; empleos de calidad para las personas que lo requieran, créditos para quienes hayan perdido todo su patrimonio, tanto en la ciudad de México como en otros estados de la República que también sufren de la tragedia.
Frente a esa contingencia, será necesario echar mano de todos los recursos disponibles, en particular del dinero que pretenden derrochar los partidos políticos y el Instituto Nacional Electoral, que asciende a más de 25 mil millones de pesos, en 2018.
Sería como un latigazo en el rostro de la gente humilde y afectada por los sismos, observar que el dinero de los contribuyentes se gasta en propaganda y en lavar imágenes personales de políticos mal nacidos.
El Congreso de la Unión, conformado por esos mismos partidos voraces y corruptos que se despachan con la cuchara grande, deberá recortar a la mitad, como mínimo, el gasto para el INE y los partidos.
Sin embargo, sabemos que por ellos mismos nada harán. Al contrario su voracidad es infinita y quieren más dinero.
Será entonces la sociedad civil, en conjunto, la que presione a través de todos los medios y redes sociales para exigir un recorte drástico al gasto de los 25 mil millones de pesos que, a estas alturas ya se lamen los bigotes los clásicos vividores del presupuesto público… Seguiremos informando
(This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it. cuartopoderg4.com)
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