La diputada María Cristina García Bravo presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión para exhortar al titular de la
De acuerdo con el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, en su apartado Comercio al por menor de Revistas y Periódicos, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI); a nivel nacional existe un total de 8 mil 304 establecimientos en donde se venden diarios de circulación nacional donde se muestran accidentes, asesinatos, mutilaciones, torturas y otros actos violentos.
La legisladora del Sol Azteca señaló que debido al aumento de la violencia que vive nuestro país, y respondiendo a su labor, los medios han testificado esta tendencia; sin embargo, este ejercicio periodístico debe guiarse bajo la ética y el profesionalismo e incluso con el valor fundamental del respeto a las víctimas y a sus familiares, y en consecuencia, debe rechazar normalizar la violencia.
Esta llamada “naturalización de la violencia”, consiste en asimilar como normal todo aquello que vemos y vivimos a diario, y se apoya en conceptos culturales que determinan el modo de percibir la realidad. En este sentido, las imágenes son una constante forma de conocer y entender la realidad.
La exposición de notas escandalosas y encabezados sensacionalistas en primera plana, llamativos por su tamaño, imágenes sangrientas, cuerpos mutilados y torturados, ha puesto de relieve situaciones que afectan entre otros sectores a niñas, niños y adolescentes, pues al observar este tipo de publicaciones, pierden la sensibilidad y crecen con una idea de violencia normalizada, detalló la parlamentaria.
Cabe señalar que el artículo 7° de la Constitución garantiza el derecho a la libre expresión, pero en el mismo se señala que la prohibición de la censura no significa que la libertad de expresión no tenga límites, los cuales, son el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública; es decir, a no atentar contra los derechos de terceros.
La Convención de los Derechos de los Niños también indica que las autoridades deben velar porque el niño tenga acceso a información y material procedente de diversas fuentes nacionales e internacionales, en especial la información y el material que tengan por finalidad promover su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental, por lo que promoverán la elaboración de directrices apropiadas para proteger al niño contra toda información y material perjudicial para su bienestar.
“No podemos permitir que nuestros niños y jóvenes crezcan en un país que les reitera una y otra vez que la violencia es normal y es su realidad. No permitamos crear niños insensibles que no tengan la mínima empatía con el otro; si ellos son el futuro del país, debemos asegurarnos de que este futuro sea el mejor en todos los ámbitos, sin que ello represente censurar a nadie, pero respetando los derechos de todos los ciudadanos, y más, de todos aquellos que han sido víctimas de esta violencia desenfrenada en la que vive el país”, sostuvo.
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