A nombre de la bancada priista, los diputados federales Marcela Guerra Castillo y Augusto Gómez Villanueva reconocieron la trayectoria del político Porfirio Muñoz Ledo al señalar que fue
En el homenaje póstumo en el Palacio de San Lázaro, la integrante del Grupo Parlamentario del Revolucionario Institucional, Marcela Guerra, que este día se honra a un hombre congruente, culto, a un tribuno implacable, a un excelente conversador y al demócrata que destaca noblemente a su patria y se convirtió en hombre de Estado.
Subrayó que el legado de Porfirio, es la lucha para que la autoridad se ejerza políticamente siempre dentro de la pluralidad y en el marco de los contrapesos que evitan la concentración del poder, por lo que, insuficiente, es un actor fundamental del panorama político mexicano en los últimos 50 años.
Porfirio, destacó la también vicepresidenta de la Mesa Directiva, fue un rebelde de la política que siempre luchó por consolidar su idea de fortalecer la República a través de un proceso de transición a la democracia. Recordó que cuando fue la alternancia, el político pudo refundar las instituciones mediante la aprobación de una nueva Constitución que consolidara el cambio de régimen político y sentara las bases de una nueva democracia en México.
Desde su curul, el decano del recinto de San Lázaro, Augusto Gómez Villanueva, remarcó que Muñoz Ledo fue la voz de una generación que reclamó por la libertad y el uso de la razón, para continuar la construcción de las instituciones democráticas de México.
“Nuestro acercamiento afectivo, político, ideológico, propició nuestras reuniones de reflexión con el presidente de nuestro partido, Alejandro Moreno, para ser propicio el diseño de una estrategia que permitiera a México librarse del riesgo de la violencia y la anarquía o la dictadura, y retomar el camino de la democracia y para ello convocar a un nuevo pacto social”, confió el legislador priista.
Su última voluntad, relató Gómez Villanueva, fue que se integrará su oleo en el salón de presidentes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Después de recordar que fueron compañeros de lucha desde la universidad, compartiendo siempre diálogos por el bienestar del país, subrayó que su herencia se medirá por su gran aportación a la libertad política ya la justicia en México, “sobre todo en momentos difíciles que vive el país y el mundo, en donde se requiere de su talento, de su imagen, de su capacidad, de su experiencia”.
Nos reunimos para honrar al hombre culto, resaltó Marcela Guerra, al lector compulsivo, excelente conversador y ágil bailarín de pasos dobles, pero, sobre todo, al demócrata que entendió que las personas dedicadas a la política son resolutores de conflictos, tejedores de soluciones, constructores de futuro y también defensores de las libertades.