Andrés Manuel, desde su ya lejana infancia siempre ha desafiado a la autoridad.
Durante su larga campaña, vociferó que era políticamente indestructible, pero el covid, le demostró lo contrario
Andrés Manuel Lopez Obrador, siempre ha caminado al filo de la ilegalidad; lo mismo en la toma de pozos petroleros, bloqueando caminos, organizando plantones y eludiendo a la justicia.
Es larga la lista de delitos cometidos por el ahora “presidente” de México, desde que cometió el asesinato de José Ramón, su hermano menor; los ´plantones en la Plaza de la Constitución y en el corredor Zócalo Auditorio nacional. Que fueron “despejados” gracias a la generosidad del Gobierno de Carlos Salinas, vía Marcelo Ebrard.
También violó el ordenamiento legal para llegar a jefe del entonces DDF, se postuló sin tener la residencia requerida de cinco años, que subsanó gracias a una constancia ilegal que le entregó Laura Itzell Castillo, exdelegada en Coyoacán.
Desde esa posición, el Peje inició su “guardadito” con base al erario capitalino, que ejerció con criterio patrimonial.
Desde sus inicios en la política, son y han sido frecuentes sus violaciones a la Carta Magna y usar la hacienda federal, para la construcción de sus tres grandes caprichos (El tren maya, una refinería (dos bocas, en terrenos pantanosos en Tabasco) y la modernización del aeropuerto militar de Santa Lucía.
Fue largo el camino para habitar modestamente y con falsa austeridad, el emblematice e histórico Palacio Nacional
En el inicio de su carrera de político, Andrés Manuel contó con la orientación y apoyo del insigne poeta, Carlos Pellicer Cámara, que lo acogió en su residencia, luego que fue repudiado por su padre, el comerciante español don Andrés Lopez a consecuencia del asesinato de José Ramón, a manos del adolescente Peje.
Luego de 20 años de campaña, el Peje no ha perdido la costumbre de violar la ley, hoy con el blindaje que le proporciona la investidura presidencial, prosigue en campaña de proselitismo, en franca violación al artículo 134, que impide que desde el poder se realicen acciones de proselitismo, en favor de candidato o partido político.
El citado artículo, en su párrafo octavo señala que:
“la propaganda, bajo cualquier modalidad de comunicación social, que difundan como tales, los poderes políticos, los órganos autónomos, las dependencias y entidades de la admiración publica y cualquier otro ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social.
En ningún caso esta propaganda incluirá nombres o imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalidad de cualquier servidor público.
Mas claro ni el agua, el Peje tiene como adicción, violar la Carta Magna, o en su caso, utilizarla como papel pétalo.
Fueron 20 años de campaña por la silla presidencial, sus arengas, fueron siempre provocadoras, con promesas o compromisos difíciles de cumplir y con el reto, que retumba “soy políticamente indestructible”.
Pero le llegó al democrático coronavirus, ese padecimiento que repitió “esta domado” y su doctor de cabecera repitió que “el presidente tiene autoridad moral y no es vehículo de contagio”.
El bicho demostró que el tabasqueño es tan vulnerable y mortal, como todos los seres humanos, y no super hombre que proclaman sus incondicionales.
El presidente es por ahora el hombre más poderoso de México, pero también el más ignorante y torpe.
Su ausencia desató un sin número de remores y versiones, entre ellas que había sufrido un nuevo infarto, o un derrame cerebral, y otros padecimientos muy delicados.
Para acallar esa serie de rumores mal intencionados, el presidente se presentó en lo que se pretendió ser un video tranquilizador; se le vio disminuido, sin su locuacidad de siempre, a paso lento, con un abrigó arrugado. Sin la presencia y arrogancia de un Jefe de Estado.
El tabasqueño es un hombre enfermo, disminuido que se nutre de los reflectores y de la adulación comprada. Se niega aceptar que está en decadencia. Tiene 68 años, y ya no tiene la vitalidad de cuando empezó su carrera de agitador y político.
Sin embargo, el Peje aprovechó su espacio televisivo a nivel nacional para repetir su discurso falaz, “que habrá suficientes vacunas, que nadie se quedará sin recibir el inmunizante, que ya están firmados con convenios, etc.
En su lugar en el lugar de las mal llamadas “mañaneras” un espacio Cómico-
Político-Musical, apareció la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien con firmeza dio a conocer que, en breve, AMLO reaparecerá en la conducción del cotidiano programa matutino.
La conductora de ese popular programa de televisión elude los cuestionarios difíciles, revela su inmadurez a pesar de su avanzada edad, y se especula, en caso de la falta total del presidente de México, la titular del Palacio de Covián, sería la sucesora del jefe de la Nación, de acuerdo con el articulo 84 de nuestra constitución Federal.
No queremos imaginar cual sería el destino de los Estados Unidos Mexicanos, en manos de la señora ex ministra de la Suprema Corte de la Nación, que no ha demostrado eficiencia en el actual cargo que ostenta.
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