Con la exactitud en cuestión de definiciones, el líder del perredismo de la Ciudad de México, Raúl Flores García lamentó que los líderes de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), que hasta hace poco pertenecieron al PRD, hayan decidido apoyar a Andrés Manuel López Obrador, huyendo como si se tratara que fuera la panacea para la solución de millones de mexicanos.
Dijo que no resulta extraño que líderes políticos que han avalado sin ningún tipo de crítica la actuación del presidente Nicolás Maduro en Venezuela apoyen a Morena, “partido autoritario, paternalista, conservador, populista”, que pone en tela de juicio el respeto a los derechos humanos y que desprecia a las instituciones democráticas del país.
El líder perredista en la capital aseguró que la decisión de Dolores Padierna y René Bejarano –dos sujetos que para el quehacer político es el dúo de la vergüenza nacional-, prefiguran con mayor claridad sobre la existencia de dos frentes políticos en la izquierda mexicana.
Uno representado por del PRD, una izquierda progresista que plantea una profunda reforma política democrática del Estado, que pasa por acabar con el dañino sistema presidencialista vertical y el autoritario que por muchos años ha enarbolado el PRI, y que tiene como prioridad el reconocimiento pleno de los derechos humanos y el combate a la desigualdad.
Y por el otro, una pseudo izquierda abanderada por Morena, que sigue optando por el autoritarismo, el paternalismo, el absolutismo y el odio como un instrumento para agitar a las masas, sin proponer un modelo de gobierno incluyente, democrático y viable.
Aunque respeta la decisión, como presidente del PRD-CDMX repudió las acciones emprendidas de la pareja incómoda, y menos avalar que se intente luchar por las posiciones dentro del Partido, pero sin acatar las decisiones que toma la mayoría, que es una condición sine qua non. “Lamento profundamente que los integrantes del Movimiento Nacional por la Esperanza no hayan valorado el hecho de que por muchos años sus líderes hayan ocupado diversas posiciones de gran relevancia dentro del Partido, aun cuando desde hace tiempo IDN dejó de ser la corriente preponderante y hegemónica al interior del mismo.
Asimismo, lamenta que hoy se sumen a un partido como Morena, “en donde sólo serán espectadores y no protagonistas”, y que hoy por hoy reafirma lo peor del sistema político mexicano con sus prácticas oscurantistas, nada transparentes y que bajo la bandera de “honestidad valiente” engañan a sus electores con simulaciones, como lo fue la farsa con la que se eligió por dedazo a Claudia Sheinbaum, como candidata de ese partido a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Raúl Flores indicó que a pesar de la renuncia de algunos valiosos cuadros políticos que militan en esa corriente, este es el momento preciso para que el Sol Azteca se reafirme como la alternativa de un gobierno de izquierda de avanzada, alejada de escándalos de "recaudación", de corrupción y de actos que sólo benefician a un líder supremo o a un partido y no a la ciudadanía.
Dijo que no resulta extraño que líderes políticos que han avalado sin ningún tipo de crítica la actuación del presidente Nicolás Maduro en Venezuela apoyen a Morena, “partido autoritario, paternalista, conservador, populista”, que pone en tela de juicio el respeto a los derechos humanos y que desprecia a las instituciones democráticas del país.
El líder perredista en la capital aseguró que la decisión de Dolores Padierna y René Bejarano –dos sujetos que para el quehacer político es el dúo de la vergüenza nacional-, prefiguran con mayor claridad sobre la existencia de dos frentes políticos en la izquierda mexicana.
Uno representado por del PRD, una izquierda progresista que plantea una profunda reforma política democrática del Estado, que pasa por acabar con el dañino sistema presidencialista vertical y el autoritario que por muchos años ha enarbolado el PRI, y que tiene como prioridad el reconocimiento pleno de los derechos humanos y el combate a la desigualdad.
Y por el otro, una pseudo izquierda abanderada por Morena, que sigue optando por el autoritarismo, el paternalismo, el absolutismo y el odio como un instrumento para agitar a las masas, sin proponer un modelo de gobierno incluyente, democrático y viable.
Aunque respeta la decisión, como presidente del PRD-CDMX repudió las acciones emprendidas de la pareja incómoda, y menos avalar que se intente luchar por las posiciones dentro del Partido, pero sin acatar las decisiones que toma la mayoría, que es una condición sine qua non. “Lamento profundamente que los integrantes del Movimiento Nacional por la Esperanza no hayan valorado el hecho de que por muchos años sus líderes hayan ocupado diversas posiciones de gran relevancia dentro del Partido, aun cuando desde hace tiempo IDN dejó de ser la corriente preponderante y hegemónica al interior del mismo.
Asimismo, lamenta que hoy se sumen a un partido como Morena, “en donde sólo serán espectadores y no protagonistas”, y que hoy por hoy reafirma lo peor del sistema político mexicano con sus prácticas oscurantistas, nada transparentes y que bajo la bandera de “honestidad valiente” engañan a sus electores con simulaciones, como lo fue la farsa con la que se eligió por dedazo a Claudia Sheinbaum, como candidata de ese partido a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Raúl Flores indicó que a pesar de la renuncia de algunos valiosos cuadros políticos que militan en esa corriente, este es el momento preciso para que el Sol Azteca se reafirme como la alternativa de un gobierno de izquierda de avanzada, alejada de escándalos de "recaudación", de corrupción y de actos que sólo benefician a un líder supremo o a un partido y no a la ciudadanía.
"El PRD vuelve a su origen, ante la oleada de populismos de derecha y de izquierda, como izquierda tenemos la obligación de convertirnos en una alternativa real para las y los mexicanos de cara a las elecciones de 2018 en la Ciudad de México y en el resto del país, debemos ser la opción para quienes estamos hartos de la corrupción e impunidad del PRI y para quienes repudiamos el autoritarismo, mesianismo y moralismo de Morena.
Si bien el diputado Raúl Flores es uno de los hijos putativos del ex jefe de gobierno y actual senador de la República, Alejandro Encinas Rodríguez, lo mejor que le ha podido pasar al actual PRD, es una histórica desbandada debido a su burocratismo, que pese a las observaciones del ex director de seguridad publica en Coyoacán, no dejará de preocupar que el partido del Sol Azteca se está quedando solo.
La conceptualización de las izquierdas en México cruzan por un túnel oscuro lleno de abrojos, es decir –como ya se ha destacado en diversos reportajes-, el PRD y Morrena son los contenedores de desechos políticos humanos que han salido particularmente del Revolucionario Institucional, partido que paradójicamente prepara sus cuadros que luego le resultan ser nostálgicos traidores.
Esos parasitarios cobijados entre los mismos familiares y que de algún modo se configura el paternalismo y el nepotismo político, una de tantas definiciones es que se llega a la conclusión, por ejemplo, el partido de Andrés Manuel López Obrador, la famos@ Morena, le dan cabida a “los espurios de los pobres”, una casta fraudulenta y humillada que prefiere que le exploten sus salarios a cambio de migajas.
Andrés Manuel López Obrador reproduce el viejo esquema de “las tiendas de raya” al muy estilo cacicazgo del porfiriato, donde los lambiscones que ya se hallan en la curva final de su vida política, tienen que “aguantar vara”, siendo satanizados y humillados.
En el PRD no se cuecen habas al primer hervor, sino que es la antesala del estercolero directo de los amarillos porque recogen a todos esos políticos amargados de un sistema tricolor del cual fueron expulsados por antonomasia y al convertirse como ungidos para amalgamarse al fuero constitucional, se ven constreñidos hasta aflojar el tafanario creando una casta de cleptómanos, aglutinando una peligrosa “cofradía de la mano caída”, adherida a la Mafia del Poder de la izquierda autoritaria.
Andrés Manuel López Obrador, que en su época juvenil le daba por practicar la zoofilia con la yegua “La Canica” del Tío Lucio –cuya historia se narra en el libro CRÍMENES OCULTOS DE LÓPEZ OBRADOR-, se ha llenado de un poder absoluto de la izquierda dictatorial, es decir, encabeza ese órgano plenario de la cofradía, que es igualmente, el cabildo o la asamblea general de todos los cofrades.
El cabildo general es el encargado de elegir la Junta de Oficiales o de Gobierno, que es el órgano permanente de dirección de la cofradía, encabezado por su Presidente, Hermano Mayor o Padre Mayor, y López Obrador es un diestro para engañar a todos para hacerlos creer que ha llegado el Mesías salvador, cosa más falsa que una moneda de cobre de 20 centavos.
Y hablando de monedas falsas, quien se ha visto obligado hasta por aflojar el tafanario, es un extraordinario especialista en las virtudes de traición.
El agente político que no ha dejado de ser noticia, es el líder charro del Metro de la Ciudad de México, el sedicente ingeniero que carece de historial académico del Instituto Politécnico Nacional, Don Fernando Espino Arévalo, quien muestra desesperación porque no le ha llegado “el sabor las miles de la impunidad” como es fuero constitucional y el cual trata de conseguirlo a como dé lugar, cueste lo que cuesto pagando el mejor precio.
Si bien a Espino se le vio públicamente al haber asistido a una asamblea de los morenos en el Monumento de la Revolución –a quien se le vio solo, sin sus huestes y cruzado de brazos soportando los rayos del sol-, para el sempiterno cacique del Metro, tiene nuevamente la fabulosa oportunidad para introducirse a la casta de cleptómanos morenistas. Le vendría –dicen sus antagonistas- al dedillo por mezclarse hasta con la peligrosa “cofradía de la mano caída”, buscando adherirse a la Mafia del Poder de la izquierda autoritaria.
Seguramente, Fernando Espino Arévalo está nervioso, ha buscado infructuosamente a su próximo “guía moral” que sería el Peje, no solo para rendirle pleitesía sino pedirle hasta clemencia y ofrecerle como “moneda de cambio”, secuestrar la voluntad de los trabajadores del metro de quienes presumirá “estar dispuestos” a sumarse al proyecto de Morena, empeñar ilegalmente el voto popular de los trabajadores que radican en diversos suburbios del Estado de México y en la Ciudad de México.
Considera la disidencia del gusano naranja que Fernando Espino “es tan vil” que en ese juego siniestro de las arrogancias, obligaría a don López Obrador que lo dote en la próxima legislatura local o federal, del famoso fuero…
Porque de lo contrario –afirman- “Espino va a balconear al Peje”, porque en el año 2001, el tabasqueño cuando fue jefe de gobierno, lo obligó a cerrar el Metro afectando a millones de usuarios y por consiguiente, incurrir en el delito de Ataque a las Vías Generales de Comunicación y Telecomunicaciones.
En lo general y en lo particular, Fernando Espino se le ha conocido como un político traidor, porque traicionó los ideales del Partido Revolucionario Institucional, luego traicionó al Partido Verde; con los años regresó al tricolor para salir casi expulsado para refugiarse en el partido de Elba Esther Gordillo, Nueva Alianza. Ahora busca la sombrilla de impunidad de los morenos. ¿Lo permitirá López Obrador, tener a un traidor de traidores en sus filas? Dicen muchos que sí, porque de tal palo, tal astilla…
De hecho, esto es parte de la reproducción de los modelos neo-caciques, y que en esta mezcla política turbia, los cobardes políticos salen finalmente de las filas de lo que le han dado también por llamarle PRI-dinosaurios, PRD-dinosaurios, PAN-dinosaurios y ahora, los Morena-dinosaurios.
De los Satélites-dinosaurios, la sociedad ni quiere hablar de ellos porque están verdaderamente en vías de extinción. Frente a toda esta parafernalia familiar de los políticos-dinosáuricos, éstos seguirán aprovechándose de la coyuntura de un sistema-gobierno laxo, y en espera para seguir saqueando el erario público a través del fuero constitucional. BLOG COMMENTS POWERED BY DISQUS
