HISTORIAS EN EL METRO
SIN LA VISTA FIJA
Por Ricardo BURGOS
Había escuchado de él, pero no había tenido tiempo de visitarlo. Empecé a bajar las escaleras hacia donde se encuentra el Museo de la Radio, en la estación Parque de los Venados de la
SIN LA VISTA FIJA
Por Ricardo BURGOS
Había escuchado de él, pero no había tenido tiempo de visitarlo. Empecé a bajar las escaleras hacia donde se encuentra el Museo de la Radio, en la estación Parque de los Venados de la Línea 12 del Metro. Mientras caminaba al interior entrecerré los ojos y recordé que desde muy chico me enamoré de la radio. Me gustaba escuchar todos los días La Vida de Pedro Infante, con la voz de José Antonio Cosío; Ahí Viene el Ojo de Vidrio, Kalimán y una Flor en el Pantano, de las radionovelas que más recuerdo. Ya más grande compraba el Excélsior, que era el diario más picudo de aquel entonces; sentaba frente a mí a mis cuatro hermanas menores y les leía las notas como si estuviera en un noticiero. Claro, ellas sólo aguantaban unos segundos, pero con eso ya me sentía comentarista. Cuando salí de la secundaria fui a pedir informes a la Escuela Nacional de Locutores. Estaba en aquel entonces en la calle de López. Me emocioné cuando vi las instalaciones, pero salí muy triste cuando me dijeron el costo: 240 pesos mensuales. No podía pagarlo. La vida me permitió ser reportero y conductor de noticias durante casi seis años. Tuve un gran maestro en Teodoro Rentería Arróyave. Un privilegio. Abrí los ojos y ahí estaba el Museo. Es un área realmente pequeña, pero exhiben aparatos que me traen muy buenos recuerdos. Lo primero es una grabadora para reportero UHER. Nunca usé una de esas, pero creo sí otros colegas y amigos como Norberto Gasque, Javier Trejo “La Canica”, José Camerino Márquez y Laura Pérez González, de la XEX, cuando daba noticias todo el día. También me acuerdo que esas grabadoras las traían Martha Elba González y Víctor Suberza, de Radio Red. Las UHER eran unos aparatos muy pesados y difíciles de manipular, pero excelentes para el trabajo reporteril. De Radio Mil pero me encantaba la frase: Entérese sin tener la vista fija, con la cual iniciaban sus noticieros, creación del señor Rentería, por cierto. En el Museo se exhibe también una cartuchera, una consola de transmisiones y una grabadora de carrete como las que usábamos en Grupo ACIR. Recuerdo que un día no llegó el operador y estábamos solos en la cabina Luis Acevedo Pesquera y yo. Siempre ocurrente e ingenioso, Luis conectó los equipos de tal manera para estar operando, transmitiendo y dando las noticias al mismo tiempo. El noticiero salió sin contratiempos, en aquella época en la cual no estaba todo computarizado como ahora. En el Museo nunca terminas de admirar objetos valiosos como bulbos de distintas épocas, que ahora las nuevas generaciones no saben que existían y eran la vida de radioreceptores y televisores. Hay radios sensacionales de diferentes tipos y años; Uno maravillosa de 1943 fabricado con baquelita; el xilófono que usaban en la XEW para los cortes de estación¡Un fonógrafo de 1921! Hay muchos objetos y aparatos muy valiosos y representativos de la historia de la radio en México. Tienen además una cabina donde diferentes radiodifusoras transmiten sus programas. Al final del recorrido, se me cansaron los ojos de tanto caminar y la memoria de tanto recordar.
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