México ha sido promotor y líder mundial en la instrumentación de políticas públicas para hacer frente al problema del cambio climático. Sin embargo, la evidencia muestra que los logros obtenidos han sido limitados, destacó el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados.
Indicó que las emisiones de gases efecto invernadero del sector agropecuario se han incrementado de manera sustancial, pero como los expertos lo han pronosticado, “si no se logran estabilizar las emisiones, el impacto del cambio climático en la producción agropecuaria y en la vida rural tendrá consecuencias negativas”.
En el documento “El cambio climático y el sector agropecuario en México”, el CEDRSSA puntualizó que una recomendación radica en desarrollar estrategias de adaptación, toda vez que el cambio climático es un fenómeno difícilmente revisable y que se intensificará en el futuro.
Las áreas agrícolas de temporal en México, añadió, tienen que adaptarse a un escenario de más temperatura y menos agua; de aquí que las tecnologías de producción actuales y futuras deberán adecuarse a condiciones de escasez.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la agricultura en México puede verse afectada por la presencia de plagas, insectos y eventos meteorológicos extremos a causa del cambio climático.
Además, el estudio “Variabilidad y cambio climático”, publicado por el INECC, menciona que el aumento de la temperatura afectará el crecimiento de algunos cultivos, sobre todo si crece el consumo de agua y la proliferación de plagas.
Detalla que la agricultura en México está en 22 millones de hectáreas; es decir, 11 por ciento del territorio nacional, de las cuales 5.7 millones son de riego y 16.3, de temporal.
El sector agropecuario es el principal usuario del agua y del suelo, pues el cultivo de riego utiliza 78 por ciento del líquido. Esto refleja el impacto de su disponibilidad en la producción de alimentos.
También la agricultura de temporal y el sector primario en general son vulnerables a los efectos del cambio climático, pues disminuirán las áreas aptas para cultivos y habrá deterioro del rendimiento para una amplia gama de siembras.
El CEDRSSA subrayó que, como medidas de adaptación para México, América Central y el Caribe se ha propuesto la gestión integral de suelos y de recursos hídricos, capacitación a los agricultores sobre el cambio climático, fomento de buenas prácticas agroecológicas, diversificación de cultivos, incluyendo variedades resistentes y rescate de semillas criollas.
Conforme con el documento “México: El sector agropecuario ante el desafío del cambio climático”, citado por el CEDRSSA, se proyectan algunos de los impactos de este acontecimiento en las actividades agropecuarias, estimando a través del impacto de variaciones en la temperatura, precipitación y de la presencia de efectos climatológicos extremos como heladas, sequías, huracanes y lluvias extremas en las diferentes regiones geográficas de México.
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