El día 20 de junio, se conmemora el “Día Mundial del Refugiado” con el propósito de visibilizar un problema que, lejos de resolverse, se amplía cada año y afecta a más partes en el mundo.
De acuerdo a la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), en su informe anual Tendencias Globales, señala que en el mundo 70.8 millones de personas tuvieron que desplazarse de manera forzada, increíblemente cada minuto, al menos 24 personas se vieron forzadas a huir de sus hogares, lo que representa, 37 mil desplazados al día. Como dato adicional nos encontramos que, uno de cada dos refugiados era un niño o una niña.
Estos datos son un reflejo de la descomposición social, provocada por la acumulación de riqueza, la violencia y la corrupción que impera en el mundo. Sin embargo, en México estamos luchando desde la raíz, con políticas públicas que atiendan primero a los que menos tienen, y con el establecimiento de acciones para el desarrollo integral del sureste mexicano y los países del triángulo norte.
Por su condición geográfica, México tiene frente a sí un nuevo reto, los flujos migratorios de Centroamérica, el Caribe y África, ya que han crecido de manera exponencial. En este sentido refrendamos el derecho al refugio como algo esencial de la política de protección de los derechos humanos en México. Ya que ningún ser humano puede ser considerado como ilegal por su condición de refugiado o migrante.
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