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Thu, Apr

-SE ACABÒ, AMLO…¿MALA SUERTE O INEPTITUD?

Megalopolis
MEGALOPOLIS

-SE ACABÒ, AMLO…¿MALA SUERTE O INEPTITUD?

ADÀN JUÀREZ

A VER, A VER…Sólo eso nos faltaba…que se desplomaran los precios del petróleo a nivel mundial; se devaluara bruscamente la moneda mexicana y el coronavirus fuera
MEGALOPOLIS

-SE ACABÒ, AMLO…¿MALA SUERTE O INEPTITUD?

ADÀN JUÀREZ

A VER, A VER…Sólo eso nos faltaba…que se desplomaran los precios del petróleo a nivel mundial; se devaluara bruscamente la moneda mexicana y el coronavirus fuera declarado pandemia por la OMS.

Ya de por sì, los constantes palos de ciego lanzados por Andrés Manuel López Obrador, han sido letales para nuestro país, ahora con lo que ocurre a nivel internacional, se ponen las cosas color de hormiga en la T4.

Tales eventos, sin duda ya estàn pegando a todos los rubros de la economía mexicana y en su momento a las personas más pobres, pues las limosnas que ahora reciben ya no les llegaran, al quedarse seco el gobierno.

Entonces pues, la gente puede morir por el coronavirus, de hambre y en el peor de los casos, desollada por la delincuencia que está desatada con la complicidad del gobierno de la T4.

Veamos. El desplome de los precios del petróleo, la mezcla mexicana casi a la mitad, 25 dólares promedio, pega directamente al corazón de Andrés Manuel que, en su afán por aferrarse al estatismo socialista de los años setenta, canalizó grandes partidas presupuestarias a Pemex…para nada.

Por lo tanto se colapsaran los proyectos faraónicos del aeropuerto de Santa Lucía; la refinería Dos Bocas y el Tren Maya, entre otros.

Las cuantiosas pérdidas de Pemex arriba de medio billón de pesos, en tan sólo un año, colocan a las finanzas públicas en una debacle.

Y sì, en las mañaneras de esta semana ya no se ve la sonrisa triunfadora de quien tiene un as bajo la manga. Ya no.

Tras la reducción de los precios del crudo, vino otra estocada: la devaluación de la moneda, arriba de 22 pesos por dólar y contando…

En efecto, la presunta fortaleza de nuestra moneda que enorgullecía en sus mañaneras Andrés Manuel, también se derrumbó a pesar de la tasa alta de 7% que mantiene el Banco de México, causal de dicha solidez, en tanto que en EU es de 1.75%. Imagínense!

Ese porcentaje si bien acaparó la atención de los inversionistas que buscan los mejores rendimientos, al parecer ya voltearon la vista a otros países. Y por lo tanto se estàn yendo los capitales de México, arrastrando a nuestra moneda al infierno.

Esos dos eventos, la baja en los precios de la mezcla mexicana y la fuerte devaluación del peso mexicano ante el dólar, puso al gobierno sobre las cuerdas. Pero ahí no acaba todo. Viene el golpe final.

Ese golpe letal puede ser el coronavirus. Sì, esa pandemia que como Jinete del Apocalipsis recorre, con Guadiana en mano, a todos los países. Nadie se va a escapar, según parece.

México, no es la excepción. La abrupta cancelación del Tianguis Turístico, ya prendió los focos rojos. El miedo no anda en burro, diría mi tía Sara Lupe.

Las autoridades sanitarias han comprobado ya doce casos de contagio, cuyo número pudiera convertirse en miles o millones. Bajo ese espectro terrorífico, Andrés Manuel debe evitar repetir: “Vamos re-que-te-bien”.

Además si todavía hay un mínimo de sentido común deberá cancelar sus conferencias mañaneras, pues los reporteros y personal operativo podrían ser infectados en cualquier momento, si es que ya lo está alguno de ellos. No hay protocolos de prevención.

Asimismo vendrán consecuencias por su desprecio hacia el movimiento feminista, que realizó un exitoso paro nacional el pasado lunes 9 de marzo donde alrededor de 40 millones de mujeres, junto con sus familiares, detuvieron el dinamismo del país, retirándole el probable apoyo al gobierno de López Obrador.

Si bien, el movimiento feminista en sus inicios se enfocó en exigir igualdad de oportunidades y justicia de género, pero López Obrador se puso los guantes e insultó a las mujeres. Eso provocó que las damas y sus familiares voltearan la vista hacia él y lo señalaran como un enemigo. ¡Imagínense!

Otra más. A pesar que Andrés Manuel está acostumbrado a vivir bajo intensa presión, en los últimos días sus problemas de salud han arreciado, como el hecho de ser sedado en Palacio Nacional por dispararse su presión arterial, comentan en voz baja algunos allegados.

Bajo esas circunstancias, al Presidente Andrés Manuel López Obrador le quedan sólo dos caminos: Un giro de timón de 180 grados o renunciar. ¡Se acabó! Veremos, veremos, veremos.
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